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lunes, 15 de abril de 2013

Formas imaginativas de hacer frente a las necesidades de liquidez en estos tiempos de sequía crediticia I.


Los tiempos que corren condicionan a las empresas por tres características principales que pueden ser consecuencia unas de otras. Estas son la sequía del crédito, la contracción de la demanda y la morosidad. No hace muchos años, la situación era muy distinta y el crédito manaba con exagerada fluidez por empresas y  familias, sin apenas cuestionar las capacidades futuras de pago. En las empresas esto provocó en combinación con una "poca profesionalización" de los departamentos financieros, ineficiencias en el mejor de los casos e incluso inoperancia de los sistemas de control interno de la tesorería en el peor de ellos.
En lo que respecta a la morosidad, estamos envueltos en un círculo vicioso en el que la administración no paga a las empresas, estas no pagan a las familias, a otras empresas ni a la administración y se va minando la confianza, que es vital para la actividad productiva y financiera de cualquier región.
Con este marco que nos ha tocado vivir, y teniendo en cuenta que las crisis tienen comportamientos cíclicos y que en algún momento el crédito volverá a fluir (aunque no con la "alegría" de antaño) las empresas que quieran mantenerse en el mercado tendrán que hacer frente tanto a la escases del crédito, como a la morosidad y a la contracción de la demanda interna. En este post vamos a proponer una serie de medidas que puedan mejorar la situación de su tesorería.
En primer lugar, proponemos que genere con las empresas que interactúa (proveedores y clientes) una red de compensación de deudas, de forma que los créditos existentes se vayan compensando. De esta manera se pueden liquidar deudas sin que salga efectivo físico y se puede continuar la actividad productiva.
En segundo lugar, e inspirado en la primera medida, se puede invertir el sujeto pasivo del IVA/IGIC de las facturas contra la Administración Pública y las Grandes Empresas y no pagar el mismo hasta el cobro de las facturas. Es algo que se está estudiando por parte del gobierno y que además es tendente a la picaresca de los empresarios. Creemos que una factura no cobrada no tiene porque liquidar IVA o IGIC, ya que el empresario hace de intermediario entre el cliente y la administración pública por la tributación al consumo, y por lo tanto, si no lo ha cobrado no tiene por qué liquidarlo. Con más razón cuando es el propio sector público quien debe esa factura.
Hasta aquí, hemos propuesto algunas medidas cuya aplicación no puede ser de manera unilateral, la empresa debe buscar acuerdos tanto para la compensación de deudas como para la inversión del sujeto pasivo del IVA e IGIC. Por lo tanto, podemos decir que se tratan de soluciones exógenas a los problemas de tesorería de las empresas.
Por otro lado, también vamos a proponerles una serie de soluciones endógenas que nos ayuden a alcanzar la optimización de la liquidez.
En primer lugar, las empresas deben tener clara una estrategia de gestión de la tesorería, donde se especifiquen los periodos de cobro y de pagos y el plan  de inversiones a acometer. En este sentido, es necesario establecer mayores controles de la cartera comercial para adecuar los cobros a los pagos y no se produzcan rupturas o tensiones de liquidez, inmovilizar únicamente los recursos necesarios para acometer el plan de inversiones y realizar ampliaciones de capital para realizar las inversiones que quedan fuera del flujo del crédito y que son vitales para el desarrollo de la empresa. Para este fin, es necesario contar con un plan de tesorería eficaz y útil, donde quede reflejado con su respectiva justificación todos los movimientos previsto del efectivo. Esta herramienta es una de las grandes olvidadas de las pymes, debido principalmente a la "poca profesionalización/formación del responsable financiero" y a que los negocios y el crédito bancario generaban la suficiente liquidez para no producir rupturas de tesorería, pero es una herramienta necesaria y de cabecera para los empresarios y/o gerentes de unidades de negocio, ya que sin ella no sabremos con exactitud como fluye el efectivo por nuestra empresa, amén de otras muchas virtudes que ya explicaremos en post posteriores.
Concluyendo este primer post de maneras de mejorar la liquidez en las empresas, la profesionalización del responsable financiero o en su defecto la subcontratación del servicio son las principales fuentes de mejora dentro de un servicio vital para la empresa, como es la gestión financiera. No dejarse llevar por la euforia de los tiempos de bonanza y establecer mecanismos para que en tiempos como los actuales, la empresa tenga salvaguardado el efectivo para seguir haciendo frente a su negocio.

Dailos Reyes
The Luthier