Los tiempos que corren
condicionan a las empresas por tres características principales que pueden ser
consecuencia unas de otras. Estas son la sequía del crédito, la contracción de
la demanda y la morosidad. No hace muchos años, la situación era muy distinta y
el crédito manaba con exagerada fluidez por empresas y familias, sin apenas cuestionar las
capacidades futuras de pago. En las empresas esto provocó en combinación con
una "poca profesionalización" de los departamentos financieros,
ineficiencias en el mejor de los casos e incluso inoperancia de los sistemas de
control interno de la tesorería en el peor de ellos.
En lo que respecta a la morosidad,
estamos envueltos en un círculo vicioso en el que la administración no paga a
las empresas, estas no pagan a las familias, a otras empresas ni a la
administración y se va minando la confianza, que es vital para la actividad
productiva y financiera de cualquier región.
Con este marco que nos ha tocado
vivir, y teniendo en cuenta que las crisis tienen comportamientos cíclicos y
que en algún momento el crédito volverá a fluir (aunque no con la "alegría"
de antaño) las empresas que quieran mantenerse en el mercado tendrán que hacer
frente tanto a la escases del crédito, como a la morosidad y a la contracción
de la demanda interna. En este post vamos a proponer una serie de medidas que
puedan mejorar la situación de su tesorería.
En primer lugar, proponemos que
genere con las empresas que interactúa (proveedores y clientes) una red de compensación de deudas, de forma
que los créditos existentes se vayan compensando. De esta manera se pueden
liquidar deudas sin que salga efectivo físico y se puede continuar la actividad
productiva.
En segundo lugar, e inspirado en
la primera medida, se puede invertir el
sujeto pasivo del IVA/IGIC de las facturas contra la Administración Pública
y las Grandes Empresas y no pagar el mismo hasta
el cobro de las facturas. Es algo que se está estudiando por parte del gobierno
y que además es tendente a la picaresca de los empresarios. Creemos que una
factura no cobrada no tiene porque liquidar IVA o IGIC, ya que el empresario
hace de intermediario entre el cliente y la administración pública por la
tributación al consumo, y por lo tanto, si no lo ha cobrado no tiene por qué
liquidarlo. Con más razón cuando es el propio sector público quien debe esa
factura.
Hasta aquí, hemos propuesto algunas
medidas cuya aplicación no puede ser de manera unilateral, la empresa debe
buscar acuerdos tanto para la compensación de deudas como para la inversión del
sujeto pasivo del IVA e IGIC. Por lo tanto, podemos decir que se tratan de
soluciones exógenas a los problemas de tesorería de las empresas.
Por otro lado, también vamos a proponerles una serie de soluciones
endógenas que nos ayuden a alcanzar la optimización de la liquidez.
En primer lugar, las empresas
deben tener clara una estrategia de
gestión de la tesorería, donde se especifiquen los periodos de cobro y de
pagos y el plan de inversiones a
acometer. En este sentido, es necesario establecer mayores controles de la
cartera comercial para adecuar los cobros a los pagos y no se produzcan rupturas
o tensiones de liquidez, inmovilizar únicamente los recursos necesarios para
acometer el plan de inversiones y realizar ampliaciones de capital para
realizar las inversiones que quedan fuera del flujo del crédito y que son
vitales para el desarrollo de la empresa. Para este fin, es necesario contar
con un plan de tesorería eficaz y
útil, donde quede reflejado con su respectiva justificación todos los
movimientos previsto del efectivo. Esta herramienta es una de las grandes
olvidadas de las pymes, debido principalmente a la "poca
profesionalización/formación del responsable financiero" y a que los
negocios y el crédito bancario generaban la suficiente liquidez para no producir
rupturas de tesorería, pero es una
herramienta necesaria y de cabecera para los empresarios y/o gerentes
de unidades de negocio, ya que sin ella no sabremos con exactitud como fluye el
efectivo por nuestra empresa, amén de otras muchas virtudes que ya explicaremos
en post posteriores.
Concluyendo este primer post de
maneras de mejorar la liquidez en las empresas, la profesionalización del
responsable financiero o en su defecto la subcontratación del servicio son las
principales fuentes de mejora dentro de un servicio vital para la empresa, como
es la gestión financiera. No dejarse llevar por la euforia de los tiempos de
bonanza y establecer mecanismos para que en tiempos como los actuales, la empresa tenga salvaguardado el efectivo para
seguir haciendo frente a su negocio.
Dailos Reyes
The Luthier